¿Puedo hacer que mi envejecimiento sea reversible? Telomerasa y el simple pero poderos hábito de "parar un ratito" cada día
«Cuando hace diez años dije en una entrevista que la meditación rejuvenecía y que quitaba las canas casi me queman en la hoguera, pero lo decía porque era algo que estaba experimentando cada día. Ahora tengo conmigo el aval de una Premio Nobel».
Albert encontró hace poco unas citas en un libro que nos llamaron la atención. La anterior es una de ellas.
Nos pareció que aquel tema merecía una investigación más profunda.
Y eso hicimos.
Este artículo recoge lo que hemos descubierto sobre la relación entre el estrés, el envejecimiento, la telomerasa (una enzima clave en todo este entramado)… y cómo parar tan solo «un ratito» en esta vida de ajetreo y ruido constante puede influir en nuestra salud mucho más de lo que imaginamos.
Al final, encontrarás algunos consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día de forma muy sencilla para vivir más y mejor.
Para «vivir joven» más tiempo.
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El secreto de la eterna juventud estaba… ¡en una enzima!
En un post anterior del blog hablamos de los telómeros, esas pequeñas estructuras ubicadas en los extremos de los cromosomas que protegen nuestro ácido desoxirribonucleico (más conocido como ADN), o sea, nuestro material genético.
Con el paso del tiempo (la edad) y el estrés oxidativo, los telómeros se van acortando, y este acortamiento está estrechamente vinculado al envejecimiento y la aparición de enfermedades crónicas.
También mencionamos a la telomerasa, una enzima muy especial pues es capaz de frenar —o al menos ralentizar— ese desgaste e incluso ayudar a regenerar los telómeros.
Y la buena noticia en todo esto es que a través de determinadas estrategias, que veremos algo más adelante, podemos estimular dicha enzima y así favorecer la salud de nuestras células.
Estos descubrimientos están abriendo la puerta a nuevas posibilidades para envejecer de forma más saludable.
Si no lo has leído aún, el post en cuestión es este:
Bien, ya conocemos a la prota de esta historia: la telomerasa.
Sigamos…
Epigenética, o cómo nuestros hábitos influyen en los genes
Está ampliamente demostrado que el entorno y nuestros hábitos diarios pueden influir en nuestros genes. A esto lo llamamos «epigenética».
A diferencia de las mutaciones genéticas, que cambian la secuencia del ADN, la epigenética no modifica la estructura del ADN pero sí regula qué genes se activan o silencian (desactivan).
Factores como el estrés prolongado, una dieta inadecuada, la falta de ejercicio físico, la mala calidad del sueño o mal descanso e incluso las relaciones sociales negativas pueden dejar una marca o «huella» epigenética que afecta al funcionamiento de nuestras células.
Por ejemplo, se ha visto que el estrés sostenido (el estrés crónico) puede activar genes asociados a la inflamación o el envejecimiento celular. En cambio, llevar un estilo de vida saludable puede revertir estos efectos, fomentando la reparación del ADN y mejorando la salud a largo plazo.
Hilándolo con nuestra protagonista: Cuando vivimos en un estado constante de estrés, ansiedad o tristeza, se activan procesos inflamatorios y hormonales que inhiben o bloquean la acción de la telomerasa, acelerando el acortamiento de los telómeros. Pero si cultivamos calma y emociones positivas, accionamos esta enzima, que se pondrá manos a la obra para reparar los telómeros.
Más detalle sobre el estrés y cómo afecta a tu salud:
👉 El Estrés acabará con tu pelo y tu salud. Mecanismo de acción y herramientas para controlarlo.
Mantener la calma para alargar la vida
Lo anterior lo sabemos gracias a esta mujer: la Premio Nobel de Medicina Elizabeth Blackburn*, descubridora de la enzima telomerasa.
Ella demostró en sus estudios que el estrés crónico acelera el acortamiento de los telómeros. Lo que puede conducir al envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de enfermedades.
Junto con la psicóloga Elissa Epel** y la doctora Firdaus Dhabhar, experta en neurociencia del estrés, Blackburn investigó cómo el bienestar emocional influye positivamente en la salud celular. Al parecer, nuestras células también perciben esa calma o paz mental.
Sus conclusiones fueron claras: la meditación y otras técnicas de relajación, practicadas con regularidad, reducen el impacto negativo del estrés y estimulan la actividad de la telomerasa, ayudando a mantener los telómeros en buen estado. En otras palabras, cuidar nuestra calma interior no solo mejora nuestro estado de ánimo (cómo de bien nos sentimos subjetivamente), sino que también puede proteger nuestro ADN al mantener la longitud de los telómeros.
[Fotografía de Elizabeth Blackburn https://es.wikipedia.org/wiki/Elizabeth_Blackburn#/media/Archivo:Elizabeth_Blackburn_CHF_Heritage_Day_2012_Rush_001.JPG]
Además del Nobel en el año 2009 por el descubrimiento de «cómo los cromosomas son protegidos por los telómeros y la enzima telomerasa», en 2007 Blackburn fue incluida en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time. También ha sido presidenta del Instituto Salk de Estudios Biológicos y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fuente: Science History Institute.
Lo más sorprendente es que bastan 12 minutos al día de meditación o prácticas de relajación consciente para empezar a notar estos beneficios.
No es necesario ser un experto, un maestro espiritual, ni irse a un retiro. Una breve pausa consciente cada día puede suponer una gran diferencia.
Como dice la propia Blackburn, «una micromeditación diaria es suficiente».
Resulta que lo que buscamos —la clave de la salud— podría estar ya dentro de nosotros. Tan solo habría que «activarla» con buenos hábitos + buenas emociones.
Emociones y salud: tus células notan lo que sientes
Otros científicos han explorado asimismo cómo nuestro cuerpo responde al entorno y de qué manera podría reaccionar a las emociones e incluso a las vibraciones o el lenguaje. Uno de ellos es el biofísico y biólogo ruso Piotr Garjajev. Su grupo propuso que el ADN puede responder a frecuencias y vibraciones, e inclusive al lenguaje humano, como si las palabras actuasen como códigos que reprograman nuestras células.
Aunque esta teoría no ha sido confirmada por la comunidad científica, abre un debate interesante sobre la conexión entre cuerpo, mente y entorno.
Desde una perspectiva más «respaldada» por la ciencia, investigaciones como las del profesor Richard J. Davidson, de la Universidad de Wisconsin-Madison, también han demostrado que prácticas mentales como la meditación pueden inducir cambios positivos y rápidos en la expresión de ciertos genes.
En sus estudios, las personas que meditaban con regularidad mostraban una menor activación de genes asociados al estrés y la inflamación, así como una mejor respuesta del sistema inmunitario.
Estas fueron las conclusiones de un estudio aleatorizado y controlado:
«Estos hallazgos demuestran que un programa corto de meditación de atención plena produce efectos demostrables en la función cerebral e inmunitaria […] sugieren que la meditación puede mejorar la función cerebral e inmunitaria de forma positiva y subrayan la necesidad de más investigación».
Aunque todavía se está investigando cómo ocurren exactamente estas conexiones y queda mucho por descubrir, los anteriores resultados refuerzan la —poderosa— idea de que lo que pensamos y sentimos puede tener efectos reales en nuestro cuerpo, incluso a nivel genético.
Estimulando la telomerasa de forma natural. 6 consejos para permanecer joven
Si bien el envejecimiento es un proceso natural, hoy sabemos que podemos influir en la velocidad a la que envejecen nuestras células. Varios estudios han identificado hábitos y compuestos naturales que pueden activar la telomerasa y, con ello, proteger los telómeros.
El primer buen hábito lo hemos visto ya: dedicar 10-15 minutos al día a practicar meditación, mindfulness o respiración consciente reduce el cortisol (la hormona del estrés) y activa la telomerasa.
Haz pausas conscientes de vez en cuando, durante el día. A continuación, tienes más formas sencillas y efectivas de estimular nuestra enzima telomerasa:
- Alimentación antioxidante
Una dieta rica en alimentos antioxidantes y baja en ultraprocesados. Seguir una alimentación basada en verduras, legumbres, fruta, proteína de calidad y grasas saludables (como el aceite de oliva virgen extra) ayuda a reducir la inflamación y el daño oxidativo que acortan los telómeros de nuestros cromosomas (más detalle en el blog, más detalle aquí).
- Ejercicio físico regular
Moverse con frecuencia, es decir, la actividad física regular, se relaciona con telómerosos más largos y mejor salud global (post del blog).
- Sueño reparador
Dormir bien —un sueño profundo— permite a nuestro cuerpo regenerarse y funcionar correctamente, mientras que dormir poco o mal se ha vinculado con menor actividad de la telomerasa.
- Relaciones sanas
Somos seres sociales. Sentirnos conectados, acompañados y apoyados por otras personas refuerza nuestra salud mental ¡y también celular!
- Suplementos naturales
Algunos extractos de plantas como el extracto de astrágalo (Astragalus membranaceus) contienen compuestos que han mostrado potencial para activar la telomerasa (👉 detalle).
Destacan el astragalósido IV y el cicloastragenol, cuyos beneficios se han observado tanto en estudios de laboratorio como en ensayos en humanos (ensayo de 2024, artículo de revisión, revisión 1, 2).
Conclusión: la calma también rejuvenece
Cuerpo y mente están mucho más conectados de lo que pensábamos. Y cada vez más estudios confirman que cuidar de uno es cuidar también de la otra.
Ya no es algo meramente «espiritual». La ciencia viene demostrando con datos que emociones como la gratitud, la calma o la alegría no solo mejoran nuestro estado de ánimo o bienestar subjetivo, sino que además tienen un impacto directo y cuantificable en el organismo.
Importa lo que comemos y cuánto nos movemos, pero también —y mucho—cómo pensamos, sentimos y nos tratamos o hablamos a nosotros mismos.
Nuestras emociones y cómo vivimos el día a día influyen directamente en la manera en que envejecemos, así como en la velocidad con que lo hacemos.
Cuidar de nuestro bienestar físico (cuerpo) y emocional (mente) nos hace sentir mejor hoy, en el presente, pero además es una inversión en salud celular y longevidad.
Activar o estimular la telomerasa de forma natural nos abre un camino hacia una vida más larga y saludable.
¿Cómo?
Con buenos hábitos (alimentación real + movimiento / ejercicio + descanso), prácticas mentales de relajación como la meditación y el apoyo de algunos compuestos vegetales como los extractos naturales de A. membranaceus.
Estos últimos los tienes en el suplemento antiedad Telomerasa Plus de SIIL, con extracto seco de raíz de astrágalo, astragalósido IV y cicloastragenol.
Por Elisabeth Lahoz
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*Artículo en National Geographic España: Elizabeth Blackburn, la Nobel del Siglo XXI que dio con la clave del envejecimiento celular. https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/elizabeth-blackburn-nobel-siglo-xxi-que-dio-clave-envejecimiento-celular_24421.
**Blackburn, Elizabeth y Epel, Elissa (2017). La solución de los telómeros: Un acercamiento revolucionario para vivir más joven, más sano y más tiempo. Editorial Aguilar.