Caída del Cabello en la Menopausia: 6 Pasos para frenarla y Recuperar tu Pelo

Sofocos, ansiedad, insomnio, aumento de peso… y caída del cabello. En los meses o años previos a la menopausia, muchas mujeres comienzan a experimentar cambios en su pelo: el volumen se reduce, adelgaza y ya no crece tanto como antes.

 

En ocasiones esta caída es más profunda y deriva en alopecia frontal, un tipo de pérdida de cabello con cicatrices que se observa con mayor frecuencia en mujeres posmenopáusicas y cuya incidencia está aumentado drásticamente en todo el mundo*.

 

Sabemos que la edad en sí es un factor de riesgo de caída y un aspecto del proceso de envejecimiento, que no siempre podemos controlar. Y aquí hemos querido analizar el «grado de responsabilidad» de la menopausia en esta pérdida, lo que le pasa a nuestro pelo antes, durante y en la posmenopausia, y, en base a ello, comprobar qué cosas de verdad funcionan para revertir la caída que se produce en esta etapa de la vida de la mujer.

*Fuentes (1) Y (2). 

 

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La «crisis capilar de la mediana edad» en la mujer

 

Como hemos dicho ya en otras ocasiones, no solo les pasa a ellos, aproximadamente la mitad de las mujeres pierde pelo a partir de cierta edad.

 

La pérdida de cabello de patrón femenino es un problema común que afecta a un gran número de mujeres en todo el mundo y que aumenta con los años. A medida que envejecemos disminuye la densidad y se incrementa la percepción de adelgazamiento del cabello.

 

¿Es la menopausia la responsable?

 

Aunque puede ocurrir a cualquier edad, la pérdida de cabello en la mujer tiene lugar con mayor frecuencia tras la menopausia.

 

En más del 25% de las mujeres mayores de 50 años se da una pérdida significativa de cabello.

 

La menopausia es un proceso biológico natural que todas las mujeres experimentamos en algún momento de la vida; la edad promedio es alrededor de los 50 —la edad normal de comienzo de la menopausia oscila entre los 45 y los 55 años—. Durante este tiempo, el cuerpo atraviesa numerosos cambios físicos conforme se ajusta a los niveles hormonales fluctuantes.

 

Así, muchas mujeres tienen síntomas desagradables como sofocos, cambios de humor e insomnio. Otro síntoma común es la caída del cabello.

 

Una caída que suele ser más sutil que en los hombres. La mayoría de las mujeres experimentan un adelgazamiento general del cabello en lugar de zonas calvas notables.

 

También puede darse adelgazamiento en áreas concretas: la frente —incluso alopecia frontal, como veremos enseguida—, los lados o la parte superior de la cabeza (coronilla). El pelo puede caerse asimismo en grandes mechones durante el cepillado y la ducha.

 

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Caída en la menopausia, ¿por qué sucede? Hormonas y otras causas

 

Para las mujeres que atraviesan la menopausia, la caída del cabello casi siempre está relacionada con los cambios hormonales.

 

Las investigaciones sugieren que es el resultado de un desequilibrio hormonal. Específicamente, está relacionada con una menor producción de estrógeno y progesterona.

 

Estas hormonas modulan el crecimiento del cabello; ayudan a que este crezca más rápido y permanezca en la cabeza durante períodos más prolongados. Así que cuando sus niveles disminuyen, el pelo crece más lentamente y se vuelve más delgado.

 

La disminución de estas hormonas desencadena asimismo un aumento en la producción de andrógenos, un grupo de hormonas masculinas, entre ellas la testosterona. Los andrógenos encogen los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello. También pueden hacer que crezca más vello en la cara («pelusa de melocotón», pelo en la barbilla).

 

En suma, la menopausia influye significativamente en la tasa de crecimiento, el porcentaje anágeno (pelo en fase de crecimiento) y las distribuciones del diámetro del cabello, sobre todo en el cuero cabelludo frontal. Siendo este impacto más notable en las mujeres a mediados de los 40 (estudio).

 

Pero las hormonas no son las únicas responsables. Hay otros muchos factores que pueden contribuir a la caída durante la menopausia; estos incluyen:

 

  • la genética;
  • niveles extremadamente altos de estrés (episodios de estrés agudo);
  • enfermedad;
  • falta de ciertos nutrientes (niveles bajos de ferritina y posible anemia, por ejemplo), o
  • circulación empeorada, de modo que no llegan suficiente oxígeno y nutrientes al cuero cabelludo (microcirculación en mujeres y su impacto en la caída del cabello).

 

Alopecia frontal femenina, un trastorno posmenopáusico en auge

 

Un tipo de pérdida de cabello específico de la etapa menopáusica es la alopecia fibrosante frontal.

 

La alopecia fibrosante frontal (AFF) es una alopecia cicatricial descrita por primera vez por el dermatólogo Steven Kossard en 1994 (info).

 

Afecta principalmente a mujeres posmenopáusicas, aunque también puede ocurrir en mujeres premenopáusicas y hombres, y se caracteriza por una recesión o retroceso progresivo —entre 0,4 y 1,7 mm por mes (referencia)— de la línea del cabello frontal (frontoparietal o frontotemporal), dejando una amplia banda que recuerda a la calvicie común masculina.

 

Esta recesión, que puede progresar hasta la mitad del cuero cabelludo y, con poca frecuencia, más allá, se acompaña de eritema perifolicular con fibrosis —la fibrosis conduce a los folículos capilares a cicatrizar, y ya sabes que en las cicatrices no crece el pelo— y pérdida de cejas hasta en un 80 % de los casos (fuente). También inflamación de los folículos, glándulas sebáceas dilatadas o agrandadas, o una combinación de los dos.

 

En casos graves puede darse asimismo pérdida de pestañas, pápulas faciales con profundos efectos en la apariencia y afectación del vello corporal.

 

Mujeres diagnosticadas de alopecia frontal fibrosante

 

Mujeres diagnosticadas de alopecia frontal fibrosante con diferentes grados de gravedad.
[A] AFF grado I en una mujer premenopáusica de 30 años, con un área de piel cicatricial de menos de 1 cm de ancho producida por la recesión de la línea del cabello frontal y temporal. [B] AFF grado II en mujer posmenopáusica de 63 años; área de piel cicatricial de 2 cm y pérdida total de las cejas. [C] AFF grado III en mujer posmenopáusica de 61 años; área de 4 cm y pérdida parcial de cejas. [D] AFF grado V («alopecia de payaso») en mujer posmenopáusica de 77 años; área de más de 7 cm. Fuente.

 

Como mencionábamos al inicio, la AFF es una forma cada vez más común de pérdida de pelo con cicatrices (destrucción de fibras elásticas), pero el origen sigue siendo desconocido.

 

Además de los factores hormonales —en este estudio, una alta tasa de mujeres presentaba menopausia precoz o se habían sometido a histerectomía, esto es, extracción del útero o matriz—, estudios emergentes enumeran entre los posibles factores de riesgo de AFF:

 

  • Factores genéticos: se han informado casos familiares de AFF.
  • Alergia (dermatitis alérgica de contacto) (estudio internacional).
  • Uso de humectante y jabón facial ordinario (no dermatológico) (estudio de casos)
  • El alisado del cabello con formalina (formaldehído)
  • Trastornos de la glándula tiroides (disfunción tiroidea)
  • Trastornos de la piel, como rosácea
  • Fotoprotección facial excesiva (déficit de vitamina D) (revisión).

 

 

¿Cómo mitigar la caída del pelo en la menopausia? 6 consejos prácticos

 

La alopecia frontal femenina posmenopáusica, donde se produce una lesión irreversible en las zonas del pelo implicadas en la regeneración de los folículos, progresa lentamente, y, aunque se han prescrito muchos tratamientos, la respuesta suele ser decepcionante. Sin comprender de forma clara la causa o causas que la provocan, los tratamientos hasta la fecha han sido mínimamente o no efectivos y ninguno se asocia con un crecimiento significativo del cabello (estudio).

 

No obstante, existen trabajos que avalan la terapia con antiandrógenos para detener el progreso de la enfermedad: finasterida oral en dosis de 2,5 a 5 mg día (artículo, estudio, **) y dutasterida, medicamento emparentado con el anterior (estudio, estudio multicéntrico, artículo).

 

Eso sí, unos fármacos estos con unos efectos secundarios muy a tener en cuenta (ver artículo efectos secundarios minoxidil y finasterida).

 

También se han reportado casos de estabilidad de la caída, recrecimiento de las cejas y mejora —disminución del número y tamaño— de las pápulas faciales con el uso de isotretinoína (fármaco antiacné). O de mejoría de la inflamación con tildrakizumab (anticuerpo) (caso).

 

El trasplante de cabello para la AFF es factible, aunque los resultados pueden ser menos favorables en comparación con el trasplante para otras causas (revisión sistemática).

 

En los casos en que se produce una caída «normal» (no AFF) en esta etapa, hay pasos que pueden seguirse para tratarla y mejorar la calidad del cabello. Sigue estos consejos para mantener tu pelo fuerte y sano durante la menopausia:

 

Estrés bajo control

 

Con objeto de prevenir desequilibrios hormonales. La producción reducida de estrógeno puede afectar la química de tu cerebro y provocar ansiedad y depresión.

 

Sin embargo, la meditación, el yoga y otros métodos de relajación respiratoria han demostrado ser muy eficaces para combatir el estrés emocional y los síntomas de la menopausia.

 

Y aquí tienes más herramientas para controlar el estrés.

 

Estrés bajo control para el cabello blog SIIL

 

Muévete

 

También la actividad física ayuda a prevenir los síntomas de la menopausia, incluidos el aumento de peso, los cambios de humor y el insomnio. Factores estos importantes para mantener el equilibrio hormonal que promueve el crecimiento saludable del cabello.

 

Además, hacer ejercicio regularmente reducirá tu estrés y mejorará tu microcirculación.

 

Come bien

 

Llevar una dieta sana es una de las mejores defensas contra la caída. «La nutrición desempeña un papel esencial en las mujeres menopáusicas tanto para limitar las molestias clínicas, los síntomas vasomotores y la caída del cabello, como para prevenir enfermedades más graves como la osteoporosis y el sobrepeso/obesidad»***.

 

Minimiza procesados y maximiza alimentos nutricionalmente ricos; proteína de calidad, ácidos grasos esenciales… Una dieta como esta, o copia a Verni.

 

Hidrátate

 

Tu cuerpo, incluido tu cabello, necesita estar hidratado para funcionar correctamente.

 

Pero ojo, a-gu-a. Elimina zumos, refrescos y otras bebidas con cantidades nada saludables de azúcar.

 

Sé natural

 

En este estudio publicado recientemente en JAAD (Revista de la Academia Americana de Dermatología), los usuarios de champú antiresiduos/clarificante no se relacionaron —presentaron asociación negativa— con AFF, reforzando la posibilidad de que el desencadenante de la enfermedad sea un agente exógeno.

La función de este tipo de champú es eliminar los restos de productos (el propio champú de uso diario, acondicionador, mascarilla, geles fijadores…) que se acumulan en el pelo.

 

La idea es: el cabello, saturado de química, necesita un reset de vez en cuando.

 

¿Y si, mejor aún, no le aplicamos agentes químicos? Utiliza productos naturales, empezando por un champú sin químicos. Y cuidado con los tratamientos capilares agresivos, como el alisado con queratina.

 

VER ARTÍCULO: Tratamiento para el cabello; cómo afectan a su caída.

 

Asimismo, toma el sol al menos un ratito todos los días (sin protección). Necesitamos exponernos a él para sintetizar vitamina D.

 

Terapia hormonal natural con fitoestrógenos

 

Los fitoestrógenos son compuestos vegetales, derivados de plantas como la soja o el trébol rojo, que tienen una estructura química similar a la del estrógeno humano. Son una alternativa de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) basada en estrógenos/progesterona que se administra para minimizar los síntomas de la menopausia.

 

Van bien tanto para la caída específicamente como para la menopausia en general (estudio, estudio).

 

Tienen actividad fitoestrógena en los folículos pilosos y contribuyen a mitigar la caída del cabello (revisión, estudio en animales). Pueden mejorar la ansiedad y la depresión en las mujeres menopáusicas (revisión), la función sexual (revisión) y aliviar los sofocos, sudores nocturnos, trastornos del sueño y otras molestias menopáusicas sin los efectos secundarios de la TRH (ensayo, metanálisis).

 

Ten presente asimismo posibles alergias y efectos de la medicación; algunos medicamentos tienen efectos secundarios que incluyen caída del cabello. Habla con tu médico si estás experimentando una pérdida de pelo significativa y crees que tu medicamento podría ser la razón.

 

Para descartar otras causas de la caída, pueden ayudar los análisis de sangre de diagnóstico: pruebas de tiroides y/o un hemograma completo.

 

La caída del cabello durante la menopausia puede ser muy molesta y afectar a la autoestima, pero generalmente no es un signo de un trastorno médico subyacente —a menos que esté acompañada de otros síntomas— y en la mayoría de los casos no es permanente.

 

Mejorar tu salud nutricional y general y usar fórmulas naturales que, además, ayuden a recuperar la densidad capilar puede poner freno a la pérdida de cabello en esta etapa.

 

Autora Elisabeth Lahoz

 

 

**Díaz, R. R., & Tapia, A. G. (2007). ¿Sirve la finasterida en la alopecia de la mujer? Más dermatología, (1), 21-24.

***Colao A. (2017). Nutritional Management of Menopausal Women. En: Cano A. (eds) Menopause. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-59318-0_18.

 

 

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