¿Por qué olemos mal al sudar y cómo evitarlo de forma natural?

Te duchas todos los días, usas desodorante, te cambias de ropa... y aun así, hay momentos en los que notas un olor incómodo bajo los brazos o en la ropa. ¿Te ha pasado?

Lo más curioso es que el sudor en sí no huele. Sí, has leído bien: el sudor es prácticamente inodoro. Entonces, ¿de dónde viene ese mal olor corporal que nos incomoda a todos? ¿Es cuestión de higiene, alimentación, estrés… o algo más profundo?

En este artículo vamos a profundizar en la verdadera causa del mal olor corporal, qué papel juega tu microbioma cutáneo, cómo influyen tus hábitos diarios —desde lo que comes hasta el tipo de ropa que usas—, y sobre todo, cómo puedes combatirlo de forma efectiva y 100% natural.

Además, descubrirás por qué productos como el gel de baño natural de SIIL y sus desodorantes de larga duración (en crema y spray) se han convertido en una de las mejores alternativas para quienes buscan cuidar su cuerpo respetando su salud y la del planeta.

Prepárate para entender cómo funciona tu cuerpo, por qué sudar es sano, y cómo puedes sudar sin oler mal con estrategias simples y productos naturales que realmente funcionan.

 

 

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Sudar NO es lo que causa el mal olor (y por qué es una gran noticia)

 

Cuando pensamos en sudor, automáticamente lo asociamos con olor corporal desagradable. Pero esta creencia común es un mito. El sudor no huele mal. Lo que huele mal son los subproductos de una reacción biológica que ocurre después de sudar.

 

¿Qué es el sudor realmente?

 

El sudor es un líquido transparente compuesto en un 99% por agua. El 1% restante está formado por sales minerales, ácidos grasos, urea, amoníaco y otros compuestos naturales. Es producido por dos tipos principales de glándulas sudoríparas:

 

  • Glándulas ecrinas: están distribuidas por todo el cuerpo. Su sudor es ligero, acuoso y sirve principalmente para regular la temperatura corporal. No tiene olor.

  • Glándulas apocrinas: se concentran en zonas como las axilas, ingles y alrededor de los pezones. Su sudor es más denso y contiene lípidos y proteínas. Tampoco huele... hasta que entra en contacto con las bacterias.

 

Entonces, ¿de dónde viene el olor?

 

De las bacterias. Más específicamente, de las bacterias que habitan naturalmente en nuestra piel. Estas bacterias se alimentan de los lípidos y proteínas del sudor apocrino, y en ese proceso de metabolización liberan compuestos volátiles —como el ácido isovalérico y el ácido butírico— que sí tienen olor fuerte.

En otras palabras:


No es el sudor lo que huele mal. Son las bacterias que lo procesan.

Y esto es una buena noticia, porque significa que el problema no está dentro de ti, sino en cómo gestionas tu piel y los factores que alimentan esas bacterias.

 

¿Por qué después de la menopausia el sudor en mujeres huele menos? El papel de las hormonas en el olor corporal

 

Una de las observaciones más frecuentes —aunque poco comentadas— es que muchas mujeres notan una disminución del mal olor corporal tras la menopausia. Y sí, las hormonas sexuales tienen mucho que ver con esto.

 

Las glándulas apocrinas y las hormonas

 

Las glándulas apocrinas, responsables del sudor en axilas e ingles, son altamente sensibles a las hormonas sexuales, especialmente los andrógenos (como la testosterona) y los estrógenos.

Durante la vida fértil de una mujer, los niveles hormonales son más altos, lo que:

 

  • Aumenta la actividad de las glándulas apocrinas.

  • Estimula una producción más rica en lípidos y proteínas, que las bacterias pueden descomponer.

  • Puede provocar cambios cíclicos en el olor corporal según la fase del ciclo menstrual.

 

Tras la menopausia, los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen considerablemente, lo que genera varios efectos:

 

  • Menor estimulación de las glándulas apocrinas.

  • Sudor menos "nutritivo" para las bacterias.

  • En general, disminución de la intensidad del olor corporal.

¿Significa que después de la menopausia no hay que preocuparse por el olor?

 

No necesariamente. Aunque la intensidad del olor puede reducirse, factores como el tipo de piel, la alimentación, el estrés y la microbiota siguen influyendo. Además, algunas mujeres experimentan sofocos y sudoraciones nocturnas durante la perimenopausia, que pueden alterar momentáneamente ese equilibrio.

En estos casos, usar productos naturales que respeten la piel y su microbioma es aún más importante, ya que la piel madura es más delicada y requiere cuidados específicos.

Por eso, desodorantes como los de SIIL, formulados sin alcohol, sin aluminio y con microplata natural que inhibe la proliferación bacteriana sin dañar la flora cutánea, son una opción especialmente recomendable tras la menopausia.

 

 

 

1. Lo que comes afecta cómo hueles: la sorprendente relación entre alimentación y mal olor corporal

 

Puede que te suene extraño, pero lo que comes no solo afecta tu digestión o tu energía… también puede determinar cómo hueles.

 

Los alimentos que potencian el mal olor

 

Algunos alimentos contienen compuestos que, tras ser digeridos, alteran la composición del sudor, haciéndolo más atractivo para las bacterias que viven en tu piel. ¿El resultado? Más olor.

Estos son los principales culpables:

 

  • Alimentos ultraprocesados —ricos en azúcares refinados, aditivos y grasas trans— hacen que tu sudor sea más ácido, creando un entorno ideal para las bacterias causantes del mal olor.

  • Carne roja: su digestión puede generar compuestos de difícil metabolización que se liberan a través del sudor.

  • Ajo y cebolla: ricos en compuestos sulfurados que pasan al torrente sanguíneo y terminan en las glándulas sudoríparas.

  • Especias fuertes como el curry: tienen compuestos aromáticos intensos que tu cuerpo puede excretar por la piel.

  • Alcohol: puede alterar el pH del sudor y aumentar la sudoración.

 

Los alimentos que ayudan a reducir el mal olor

 

La buena noticia es que también puedes comer para oler mejor. Algunos alimentos ayudan a equilibrar el pH de tu sudor y favorecen un microbioma cutáneo más saludable:

 

  • Té verde: rico en polifenoles, ayuda a combatir la oxidación y a neutralizar olores.

  • Frutas del bosque: como los arándanos, moras o fresas, que son antiinflamatorias y antioxidantes.

  • Verduras de hoja verde: como la espinaca o la rúcula, que ayudan a purificar el cuerpo y estabilizar el pH.

 

Además de oler mejor, estos alimentos te ayudan a sentirte mejor desde dentro. Tu piel, tu digestión y tu energía también lo notarán.

 

 

 

2. La ropa que usas influye más de lo que crees en tu olor corporal

 

¿Alguna vez has notado que ciertas camisetas huelen mal incluso después de lavarlas? No es tu imaginación. La ropa puede ser aliada o enemiga de tu higiene.

 

¿Qué tejidos alimentan el mal olor?

 

Los tejidos sintéticos como el poliéster, el nailon o el elastano son muy comunes en ropa deportiva o ajustada. El problema es que:

 

  • Son hidrofóbicos: repelen el agua, lo que hace que el sudor no se absorba ni se evapore.

  • Actúan como una especie de “film” que retiene el sudor en la superficie, manteniéndolo más tiempo en contacto con la piel y las bacterias.

  • Incluso después del lavado, muchos de estos tejidos retienen residuos de sudor y bacterias, que se reactivan con el calor corporal o la humedad.

¿Qué tejidos ayudan a mantenerte fresco y sin olor?

 

Si quieres sudar sin preocuparte por el olor, apuesta por materiales naturales, transpirables y antibacterianos por naturaleza:

 

  • Algodón: absorbe bien el sudor y permite que la piel respire.

  • Bambú: naturalmente antibacteriano, suave, ecológico y muy transpirable.

  • Lana merina: termorreguladora, antiolor y perfecta para climas fríos o actividades físicas.

Estos tejidos permiten que el sudor se evapore rápidamente, dificultan la proliferación bacteriana y te mantienen más fresco durante el día.

 

3. El estrés también huele (y peor que el sudor del ejercicio)

 

No todo el sudor es igual. Sudar durante una carrera o un entrenamiento no es lo mismo que sudar antes de una reunión importante o en medio de una discusión.
¿La diferencia? La causa. Y lo que contiene ese sudor.

 

Sudor emocional vs. sudor físico

 

Cuando haces ejercicio, activas principalmente tus glándulas ecrinas, que producen un sudor acuoso, ligero y sin apenas olor. Pero cuando estás estresado, tu cuerpo activa otra vía: las glándulas apocrinas.

Estas glándulas liberan un tipo de sudor más espeso, rico en lípidos y proteínas, el alimento favorito de las bacterias que causan el mal olor.

Por eso, muchas veces el sudor del estrés huele peor que el del ejercicio físico.

 

¿Por qué sucede esto?

 

El cuerpo reacciona al estrés emocional con la conocida “respuesta de lucha o huida”. Esta reacción no solo acelera tu corazón y tu respiración, sino que también activa las glándulas sudoríparas apocrinas.

Además, cuando estás estresado, es más probable que:

 

  • Tengas un pH más ácido en la piel.

  • Sudes en zonas más localizadas (axilas, ingles).

  • Tengas más dificultad para que el sudor se evapore.

 

Todo esto crea el cóctel perfecto para que las bacterias hagan su trabajo… y tú lo notes en el olor.

 

Cómo reducir el impacto del estrés en tu olor corporal

 

No siempre puedes evitar el estrés, pero puedes gestionar sus efectos:

 

  • Practica técnicas de respiración profunda (como la respiración 4-7-8 o el mindfulness).

  • Haz ejercicio regularmente para liberar tensiones y equilibrar el sistema hormonal.

  • Medita o desconecta con actividades creativas, caminatas o contacto con la naturaleza.

 

Además, una piel bien cuidada y con un microbioma equilibrado resiste mejor los efectos del estrés.

 

4. No todos los jabones y geles de baño te ayudan: algunos incluso agravan el mal olor

 

Puede que pienses que cuanto más te laves, mejor olerás. Pero eso no siempre es cierto.
La elección del jabón importa (y mucho), y no todos los productos del supermercado están pensados para cuidar tu piel… ni tu olor corporal.

 

El equilibrio de tu piel es delicado

 

Tu piel tiene un pH ligeramente ácido, alrededor de 5,5, y está recubierta por una capa protectora formada por lípidos, sudor y bacterias buenas. Esta capa se conoce como manto ácido o microbioma cutáneo.

Cuando usas un jabón demasiado agresivo (muy alcalino o con sulfatos, perfumes sintéticos o alcohol), puedes:

 

  • Alterar el pH natural de tu piel.

  • Eliminar las bacterias buenas que te protegen.

  • Dejar tu piel más vulnerable a la irritación, el mal olor… y a una mayor sudoración reactiva.

 

Por otro lado, hay jabones que son tan suaves que no limpian correctamente y dejan residuos que las bacterias aprovechan para crecer.

 

¿La solución? Un gel que limpie sin dañar tu piel y un desodorante que ataque a las bacterias causantes del mal olor

 

Vamos con el gel.

El Gel de Baño Natural de SIIL está formulado específicamente para limpiar tu piel sin alterar su equilibrio natural. ¿Por qué es diferente?

 

  • No contiene perfumes artificiales, sulfatos ni siliconas.

  • Utiliza emulsionantes derivados del aceite de oliva, que respetan el pH fisiológico.

  • Está enriquecido con aceite de jojoba y aceites esenciales de lavanda, menta y romero, que además de limpiar, refrescan, calman y purifican la piel.

  • Es apto para pieles sensibles y puede usarse a diario.

 

El resultado: una piel limpia, suave, equilibrada y libre de residuos que favorezcan el mal olor.

Y lo más importante: tu piel sigue siendo tuya, no está enmascarada por químicos, sino cuidada por ingredientes naturales que trabajan contigo, no contra ti.

 

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El desodorante que actúa donde comienza el olor: SIIL, una solución natural que respeta tu cuerpo

 

Ya sabes que el sudor no huele mal. Lo que huele es la reacción entre ese sudor y las bacterias que viven en tu piel, especialmente en zonas como las axilas.
Y como hemos visto, las causas del mal olor corporal no están solo en la cantidad de sudor, sino en su composición, el entorno que creas con tu ropa o tu alimentación, y el equilibrio de tu microbioma.

Aquí es donde el Desodorante Natural de Larga Duración de SIIL marca una gran diferencia.

 

¿Cómo funciona el desodorante de SIIL?

 

A diferencia de los desodorantes convencionales que bloquean los poros o neutralizan el olor con perfumes, el desodorante de SIIL actúa en el origen del problema: las bacterias.

 

  • Contiene microplata, un ingrediente natural que impide la proliferación bacteriana sin alterar el equilibrio de tu piel.

  • No contiene aluminio, alcohol ni fragancias artificiales, por lo que es apto incluso para pieles sensibles o recién depiladas.

  • Respeta el proceso natural del cuerpo: sudas, pero no hueles mal.

  • Está disponible en dos formatos:

    • En crema, ideal para quienes buscan una aplicación más precisa y sensación de suavidad.

    • En spray, cómodo, fresco y perfecto para llevar contigo.

 

 

¿Por qué confiar en SIIL?

 

Porque SIIL no busca "tapar" el problema, sino respetar tu biología y ayudarte a vivir en equilibrio con ella. Sus productos están formulados con ingredientes naturales y principios científicos que:

 

  • Protegen el microbioma de tu piel.

  • Previenen el mal olor sin bloquear funciones naturales como el sudor.

  • Hidratan, cuidan y respetan tu cuerpo desde el primer uso.

Nuestra recomendación: el pack completo

 

Si quieres mantener una higiene natural, efectiva y duradera, te recomendamos el Pack SIIL Desodorante Larga Duración + Gel de Baño Natural. Con este dúo:

 

  • Limpias tu piel con un gel que respeta su pH y no deja residuos.

  • Previenes el mal olor con un desodorante que elimina las bacterias sin tóxicos ni irritantes.

 

Sudar es natural. Oler bien también puede serlo.

 

Confía en SIIL y convierte tu rutina de higiene en un acto de cuidado, respeto y salud para ti y tu piel.

 

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